En pleno contexto de pulseadas entre el kirchnerismo duro y el “albertismo”, los roces también se dejan ver en la arena de la política bonaerense.

Según publicó el portal de noticias Cronos las viejas internas de los intendentes peronistas del Conurbano vuelven a tomar tensión a medida que se acerca el 2023, año de nuevas definiciones políticas.

Desde que Martín Insaurralde desembarcó como Jefe de Gabinete de la Provincia, tras el acuerdo que plasmaron Máximo Kirchner y Cristina Fernández, el intendente en uso de licencia de Lomas de Zamora se quedó con medio Gabinete y amplió su poder territorial, juntando cada vez más intendentes y legisladores.

Ese poder tácito, de la mano del acuerdo firme que tiene con Máximo Kirchner y La Cámpora, despertó no solo el recelo de Axel Kicillof, sino también de la vicegobernadora, Verónica Magario (exintendenta de La Matanza) y la presidenta de bloque del Frente de Todos en el Senado, Teresa García, quien hasta hace poco también ofició de ministra de Gobierno.

Tras algunos recelos, según publicó el portal Cronos Noticias, Magario y Teresa García decidieron actuar en tándem en contraposición con otro lugar donde Insaurralde tiene desplegada su influencia: la Cámara de Diputados bonaerense.

En ese sentido, Magario y García iniciaron aceitados contactos con Juntos para agilizar la conformación de las Comisiones y así darle mayor vigor a la Cámara Alta en el debate y tratamiento de diversas leyes.

Este empuje también se dio ante la parálisis que hay en Diputados con la conformación de las Comisiones. Un dato que nadie reparó es el repentino cambio de Cámara que se dio sobre el proyecto del Ejecutivo bonaerense de Alcohol Cero al volante.

En principio, el texto ingresó por Diputados, pero sin que nadie diera una explicación mínima, fue retirado de esa Cámara e ingresado por el Senado.