Quien fuese candidato a presidente en 2015, Daniel Scioli, desde que el Frente de Todos ganó las últimas elecciones que lleva un trabajo sigiloso, pero con grandes frutos como embajador en Brasil.

Esto lo sabe la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, quien lo recibió al exgobernador bonaerense para marcarlo como un posible candidato a presidente en las elecciones 2023. Según trascendió, el embajador escuchó de ella las palabras que el embajador más quería escuchar: "salí a caminar para la elección que se viene".

Luego de la reunión con Cristina, el exgobernador de la Provincia activó el sciolismo y se mostró optimista para presentarse: "Cuando llegue el momento, veré si estoy para ser candidato", dijo el embajador.

Como trascendió en medios periodísticos, Cristina le pidió que para temas de la provincia abra un canal de diálogo con el intendente de Ensenada, Mario Secco, y que hable con Julio Pereyra, referente de Florencio Varela, para tejer lazos con los jefes comunales del Conurbano Bonaerense. Además, Pereyra es uno de los pocos actores en la Provincia con vínculo cercano a Alberto Fernández.

En el seno cristinista ven a Scioli como un plan B ante la posibilidad de que Sergio Massa decida no ser el candidato a la presidencia. Pero la rareza está enmarcada en las diferentes figuras políticas con la que el embajador debe hablar. Secco está en un pésimo momento en su relación con La Cámpora y Pereyra es casi el único jefe del Conurbano que se mantiene cerca de Alberto.

Mientras tanto, se sabe que Massa tiene con Máximo Kirchner una alianza muy fuerte que se fue consolidando desde que el líder del Frente Renovador llegó a la presidencia de la Cámara de Diputados. En cuanto a Cristina: mantiene cierta distancia con el ahora ministro, pero en los últimos meses ofreció varias señales de apoyo. "Está haciendo un gran trabajo", dijo semanas atrás en un acto en Pilar, en sintonía también con varios actores de la política nacional que desean un buen rumbo de la economía para un triunfo electoral.

Por eso, en el kirchnerismo no descartan que al final Massa no sea candidato, ya sea por un mal resultado en la gestión económica o porque prefiera irse con el rédito de haber hecho un buen trabajo. Vivo, Sergio Massa no blanquea sus intenciones y, cuando le preguntan, hasta sugiere un retiro de la política a instancias de su familia. Nadie le cree.