En los últimos días, Cristina Kirchner tomó la decisión de correrse de la discusión por las listas y delegar la conducción del debate en la dupla que conforman Máximo Kirchner y el Ministro de Economía, Sergio Massa. Esta medida dejó al Frente de Todos con varios frentes de conflicto y predomina un clima de desconcierto e incertidumbre en el que abundan los interrogantes.

Según lo trascendido en los medios, la Vicepresidenta optó por desligarse del armado pero instruyó a La Cámpora a que apuntale a Eduardo “Wado” de Pedro. La premisa fue que el Ministro del Interior sumara voluntades y apoyos políticos y consiguiera una masa crítica que le permitiera a ella ubicarse como una mera escribana de un acuerdo ya rubricado. Allegados al cristinismo sostienen que su decisión no obedece a una especulación por lo que indican las encuestas.

El mensaje fue interpretado de distinta manera en el FdT. Mientras La Cámpora lanzó el operativo clamor para intentar convencerla de que revisara su decisión de no ser candidata "a nada", en otros sectores del oficialismo vieron la posibilidad de lanzarse y consideran que ya es tarde para que baje a todos los contendientes que se habían posicionado para sucederla. "Máximo no puede bajar a nadie, pero hoy las cosas no están ni siquiera para que ella baje nadie", explicaba uno de los ocho dirigentes que durante estos meses se posicionaron para ser precandidatos a presidente.

No obstante, la orden que bajaron desde la agrupación kirchnerista para que cada precandidato presente sus propias listas de legisladores dio libertad a muchos sectores para discutir sus propios armados electorales o acercarse a los armadores de campaña de Daniel Scioli y Agustín Rossi. Si bien el grueso del peronismo jugará en la estructura de "Wado" de Pedro, el temor a una baja performance inquieta y moviliza a los que tienen responsabilidad territorial: gobernadores e intendentes, aunque se muestran alineados con la voluntad de La Cámpora, pregonan la idea de poder llevar las boletas de todos los candidatos.

"No soy el único. Nadie quiere lío, no nos sobra nada y una interna podría dejarnos al borde de la ruptura", aseguró un gobernador del norte argentino que está alarmado porque entiende que en el kirchnerismo "no son conscientes del daño" que podría generar una PASO "descontrolada". Entre los intendentes del Conurbano crece la preocupación por los armados que empezaron a delinear los otros candidatos y analizan pedirle a Máximo que los habilite a llevar la boleta de todos los candidatos.

La confirmación de Victoria Tolosa Paz que anunció que va "a competir" por la gobernación bonaerense, terminó de encender las alarmas. Unas horas antes, un intendente había dudado sobre la eventual candidatura de la platense y alertó sobre el posible impacto que puede tener en el territorio: "Podemos perder la Nación, la Provincia y muchos municipios, ¿cuándo se van a dar cuenta de que hay que dejarse de joder?".

En la actualidad, la situación parece desmadrada. "Quisieron bajarnos y nos empoderaron. Ahora ya no depende sólo de ellos (por La Cámpora) que haya lista de unidad porque hay muchos compañeros que quieren competir", desafían desde el sciolismo.

Si bien son varios los que tienen abiertas negociaciones para confluir en la lista K, los que no se sienten contenidos empiezan a escuchar qué tienen para ofrecerles en otros bunkers. Por caso, sorprendió que a pesar de la foto que se sacó Emilio Pérsico con Cristina en el Senado, desde el Movimiento Evita haya existido sondeos con sectores allegados a Scioli.

Un importante referente del Evita no cerró la posibilidad de un acuerdo con el ex gobernador bonaerense. "Podemos competir por 15 municipios. Tenemos que tener listas en esos distritos. Veremos. En diez días vamos a expresar públicamente con quién jugaremos", planteó.

La situación del Movimiento no es un caso aislado. En el esquema de campaña del embajador en Brasil invocan contactos con otras fuerzas y enumeran, entre otras, a Miles, el partido de Luis D'Elía, Proyecto Sur y Compromiso Federal. En tanto, ya dan por cerrada la participación del Partido del Trabajo y la Equidad (ParTE) dirigido por Claudio Ferreño, amigo del presidente Alberto Fernández.