La expresión ciudadana sobre el desencanto y desinterés político se ve reflejada en el voto en las urnas, lo que arroja como resultado una gran cantidad de votos en blanco, nulos y ausencias en las 18 elecciones provinciales que tuvieron lugar en los últimos meses y significan un verdadero desafío para este domingo 13 de agosto.

En la previa a las PASO votaron 18 de 24 jurisdicciones para elegir diferentes categorías (gobernador, vice, diputados, PASO y generales), lo que demostró que la cantidad de electores bajó en comparación con otros años. Con un panorama que incrementa la baja participación electoral año a año, las figuras que se juegan las candidaturas este domingo buscan evitar que este fenómeno se incremente e invitan a los electores a cumplir con su derecho como ciudadanos.

Según los relevamientos oficiales que lleva adelante el Ministerio del Interior de la Nación, en las PASO de 2021 se registró el menor nivel de participación donde sólo concurrió a votar alrededor del 68% de los inscriptos en el padrón. A esto se suman los guarismos que arrojaron los comicios en las 18 elecciones provinciales que ya tuvieron lugar este año (tanto primarias como generales), donde alrededor de 6 millones de personas votaron en blanco, nulo o no fueron a votar.

En cuanto a los resultados de las 18 elecciones provinciales que ya se celebraron en los últimos meses, participación en Santa Fe fue del 60,6%; en Chaco, del 62,9%; en Mendoza, del 66,3%; en Río Negro, del 68,2%; en Córdoba, del 68,2%; en San Juan, del 69,5%; y en Salta, del 69,5%. Otro dato: salvo en Tierra del Fuego, Tucumán y San Luis, en el resto de las provincias el nivel de ausentismo creció respecto a los comicios de 2019.

Además la mayoría de los distritos aumentó significativamente el volumen del voto en blanco, como el caso de Mendoza, en el cual la suma de votos en blanco y nulos pasó de 71.996 (en 2019) a 124.343, y en Jujuy el salto fue aún mayor y pasó de 13.303 en 2019 a 53.001, en 2023.

La elección en Ciudad de Córdoba es otro caso testigo: la participación llegó al 60,2%, su nivel más bajo desde 1983. “Creo que hay un desencanto resignado, no hay un fervor de salir a romper con todo como ocurrió en 2001, no hay un “que se vayan todos”. No es un desencanto que se traduzca en hechos”, comentó el analista político Federico González.