A raíz de la caída en la recaudación de los tributos municipales y el conflicto por los recursos, el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro y de San Isidro, Ramón Lanús, se mostraron preocupados por el futuro de sus municipios.

En ese sentido, el territorio marplatense expuso la problemática alrededor de la cobrabilidad de las tasas, las cuales son el principal ítem de ingresos para la comuna: con $76.300 millones pautados, representan cerca del 40% de la proyección de recursos para este ejercicio, que asciende a $199.500 millones.

Por lo tanto, la Tasa por Servicios Urbanos (TSU) demostró una caída del 54,4% que arrastra desde 2023, mientras que este año arrojó una cifra de 54,1% en febrero. Como resultado, Mar del Plata tuvo una importante caída en la recaudación en el primer bimestre del año.

En esa línea, hace una semana, Montenegro anunció un aumento del 20,6% en las tasas municipales y aseguró: “El particular contexto macroeconómico y la dinámica referida del incremento en el nivel general de precios, requieren adoptar medidas a efectos de mantener la capacidad del estado municipal de contar con recursos”.

Por su parte, el jefe comunal de San Isidro expuso la delicada situación que atraviesa el territorio, producto de una deuda de $6 millones que heredó al momento de asumir su intendencia. Así, Lanus afirmó que las cuentas municipales se encuentran “muy comprometidas” y anticipó que va a administrar con “austeridad y transparencia, dando la cara en los momentos difíciles”.

Mientras tanto, las tasas municipales a lo largo de los distritos de la provincia de Buenos Aires proyectan un aumento por encima del 100% para salvaguardar sus economías.