Recientemente se confirmó que el ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, acudirá a la Legislatura este martes para dar explicaciones sobre los proyectos presentados hace algunos meses y apunta a que se puedan crear el Centro de Industria Farmacéutica Bonaerense y la Empresa de Emergencias en Salud.

Según trascendió, la reunión que tendrá en las próximas horas será únicamente con el bloque oficialista aunque, en dos semanas, el funcionario bonaerense volverá a la sede del Poder Legislativo para encabezar una reunión con los diputados y senadores de la oposición.

El gobierno de Kicillof busca crear dos empresas estatales para brindar una mejor asistencia médica en medio de la situación tormentosa que atraviesa el país. La Empresa de Emergencias en Salud es una sociedad anónima con participación estatal mayoritaria que buscará centralizar los Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) de los 135 municipios, para poder fortalecer el sistema sanitario.

Por su parte, el Centro de Industria Farmacéutica será un laboratorio público que producirá, comercializará y distribuirá medicamentos, vacunas e insumos con valores por debajo del mercado. Así, el gobierno provincial apunta a continuar “ganando soberanía y generando trabajo”.

En ese sentido, la tarea más compleja para Kreplak será conseguir la aprobación de la oposición teniendo en cuenta que desde un comienzo, el bloque PRO manifestó su completo rechazo al proyecto y acusaron al ministro de hacer “un negocio para la posteridad para sus amigos de La Cámpora”.

De esta manera, el foco está puesto en los legisladores radicales y en los “libertarios dialoguistas”. Los primeros remarcaron que estarán a favor de todo proyecto que “sea una ayuda para bajar el gasto” de los municipios.

En ese sentido, los liberales no alineados con Milei vienen aportando a Kicillof dictámenes en comisiones y luces verdes en el recinto de la Cámara de Diputados, por lo que el gobierno de Kicillof ve con buenos ojos la aprobación del proyecto debido a que necesitaría solo diez votos opositores en la Cámara Baja, y tres en el Senado.