Esta semana el diputado radical de la Provincia de Buenos Aires, Diego Garciarena, presentó un proyecto de ley para institucionalizar los Juegos Bonaerenses, la tradicional competencia deportiva provincial que tiene epicentro en Mar del Plata en su etapa final. En ese marco, la propuesta establece otorgarle el carácter de “competencia anual” a los Juegos, que actualmente es un programa estatal.

De esta forma, el legislador radical propuso crear un registro histórico de datos para conformar “una fuente de información fidedigna que sirva de consulta a la hora de tomar de decisiones”.

“Los Juegos Bonaerenses representan la principal competencia deportiva y cultural de la provincia de Buenos Aires y se desarrolla de manera ininterrumpida desde hace más de 30 años, promoviendo el deporte y a la cultura como factor educativo e integrativo de salud física, psíquica y moral; y el derecho a la salud”, destacó el autor del proyecto.

Otro de los puntos que toca el diputado es la calendarización de los Juegos Bonaerenses, que consta de tres etapas: la fase municipal, que este año fue del 5 de mayo al 30 de junio; la regional, del 1 de julio al 31 de agosto; y la gran final, que en todas las ediciones tiene lugar en Mar del Plata y cuya final se inicia esta semana.

El presidente de bloque hizo mención a la evolución de los JB que tuvieron en su primera edición en 1992 con 17 disciplinas deportivas y 13 culturales dedicadas exclusivamente a los jóvenes, pero que en 1996 sumó las categorías de Adultos Mayores y Personas con Discapacidad, en 2021 a los Estudiantes Universitarios y Terciarios, y en 2023 a las Personas Trasplantadas y supo sumar deportes como los E-Sports.

En ese sentido, el diputado Garciarena resaltó que el carácter “comunitario” de los Juegos Bonaerenses fomenta un impacto positivo en la prevención de adicciones, como puede ser la ludopatía infantil, una problemática por la cual viene trabajando y tiene presentado proyecto de Ley.

“En un contexto de fuerte crecimiento de las plataformas de juego online y de la vulnerabilidad de las juventudes ante la ‘ciberludopatía’, integrar el deporte como una política pública en la estrategia de prevención de la ludopatía puede ser una medida eficaz para abordar no solo la adicción al juego, sino también promover un estilo de vida más saludable y sostenible”, sumó el legislador.