Este martes trascendió en los medios que un trabajador estatal que se desempeña como chofer de la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA) a cargo de Cristian Girard denunció ser víctima de amenazas, persecuciones laborales y represalias internas, por exponer supuestas irregularidades dentro del organismo bonaerense y por su posicionamiento político personal.

Acorde a lo relatado por el empleado a los medios de comunicación bonaerense, los señalamientos comenzaron en 2017, cuando informó a las autoridades que varios trabajadores del organismo no registraban correctamente sus propiedades, las cuales figuraban como terrenos baldíos, acusandolor de evadir los impuestos y abusar de su autoridad.

En ese marco, entre otras irregularidades que expuso, el chofer de ARBA mencionó la malversación de viáticos en comisiones de servicio y explicó que en reiteradas oportunidades fue asignado a viajes al interior de la provincia de Buenos Aires que, en teoría, se extendían por varios días. Sin embargo, expresó que los traslados se resolvían en la misma jornada, mientras que los empleados cobraban los viáticos completos por horas que no cumplían.

Por otro lado, el conductor de vehículos oficiales también describió que una vez trasladó a un grupo de empleadas a una comisión de trabajo en el microcentro porteño y, al momento de recogerlas, tuvo que buscarlas en un shopping. “Tenían que estar en una reunión importante y estaban saliendo de compras. Cuando llegué a casa, le mandé un mail a Girard contándole lo que pasó, pero nunca pasó nada”, destacó.

En ese marco, aseguró que tras sus primeras denuncias comenzaron a circular rumores en su contra y fue blanco de comentarios descalificadores en redes sociales. A su vez, le comentó a los medios que el clima de hostigamiento se agravó cuando algunos medios locales difundieron su historia, dado que empezaron a retirarle los viajes de los sábados y lo asignaron a oficinas con horarios cambiantes, sin previo aviso y sin posibilidad de organizar su jornada laboral, según destacó.

“Para mí fue un castigo. Nunca me lo dijeron de manera directa, pero me lo hicieron sentir. Por eso pedí reuniones con los gremios, con gerentes y delegados, pero siempre me dieron un no rotundo”, expresó el trabajador de ARBA.

Cabe destacar que, con casi tres décadas de antigüedad en el Estado provincial y diez años desempeñándose como chofer, el trabajador que asegura ser perseguido por la actual gestión bonaerense aseguró que nunca tuvo inconvenientes previos y que incluso durante la pandemia, él aceptó volver al trabajo presencial al mes de iniciado el aislamiento.

Sin embargo, las denuncias realizadas y su identificación política como militante de la vicepresidenta libertaria, Victoria Villarruel, generaron un clima hostil en su entorno laboral.

“Yo nunca busqué ningún beneficio personal ni económico. He leído comentarios donde me acusan de buscar fama o de querer conseguir algún cargo político para mi familia, pero no es así. Incluso mi exmujer se anotó en ARBA en 2018 por la página oficial, como cualquier persona puede hacerlo”, explicó.

Según destacó, las represalias continuaron hasta ser convocado a una junta médica donde, de manera excepcional, le exigieron estudios psicológicos, psiquiátricos, cardiológicos y toxicológicos. “Me trataron como si fuera un delincuente o un adicto. No veo otra explicación que no sea la persecución política”, denunció.

Acorde a lo que comentó, el hostigamiento también incluyó amenazas directas de parte de sus propios compañeros, que luego de exponer en una radio platense que en ARBA se prioriza la militancia política sobre el desempeño laboral, el chofer recibió advertencias y amenazas de agresión física dentro del espacio de trabajo.

“Me dijeron que me iban a enseñar a callarme la boca entre cinco o seis compañeros. También una empleada me contó que había un grupo organizándose para agarrarme en la calle”, relató. Cabe destacar que en mayo de 2023, el damnificado solicitó la primera audiencia formal con Girard, pero aseguró que por el momento no obtuvo respuestas y en total declara haber enviado ocho pedidos de reunión, donde detalló a través de varias misivas, la persecución sufrida y las irregularidades detectadas.

Según destacó, una de las mayores preocupaciones del trabajador provincial es la falta de respuestas institucionales dado que sus denuncias sobre irregularidades nunca fueron investigadas, y también comentó que fue bloqueado de los canales oficiales de ARBA en redes sociales, donde ya no puede realizar comentarios ni etiquetar al director ejecutivo en sus publicaciones personales.

“Yo estoy bloqueado en la página de ARBA y en las redes de Girard, pero voy a seguir denunciando todo esto. Los empleados que tienen sus casas declaradas como baldíos siguen igual, nadie hace nada. El código de ética es claro, no podemos exigirle al contribuyente que pague cuando nosotros tenemos todo en negro”, concluyó.