Este fin de semana el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, hizo pública una dura carta dirigida al presidente Javier Milei, donde critica el rumbo económico, la exclusión política de las provincias opositoras y la supuesta pérdida de soberanía nacional.
En ese marco el documento, fechado el 1° de noviembre en La Plata y titulado “Carta al Presidente Javier Milei”, propone abrir un canal de diálogo que, si bien debe ser “sin insultos”, también debe ser “sin concesiones”.
En el mismo, Kicillof reconoce la victoria electoral del oficialismo, pero avisa que “las calamidades que su modelo económico provoca siguen su curso”. En ese marco, el gobernador realiza una descripción cruda de los efectos del ajuste, señalando que golpea a jubilados, trabajadores, comerciantes, industriales, estudiantes y clases medias, y que se traduce en “recesión, caída del consumo, pérdida de empleo y angustia social”.
Carta al Presidente Javier Milei
— Axel Kicillof (@Kicillofok) November 1, 2025
El futuro de la Argentina no se construye con odio ni sometimiento, sino con respeto, cooperación y amor a la Patria.https://t.co/KjQfM9n97p pic.twitter.com/RLKzG4JrUq
El mandatario provincial sostiene que el plan económico libertario “fracasó” por mantener “un dólar bajo y una recesión prolongada”, y minimiza el impacto del financiamiento del estadounidense Scott Bessent, señalando que, si bien “podrá calmar los mercados, no resuelve los problemas de la vida cotidiana de los argentinos”.
A su vez, Kicillof denuncia una “injerencia extranjera inédita” y cuestiona las declaraciones del presidente Donald Trump, a quien acusa de haber “amenazado” con retirar su apoyo si Milei perdía, y menciona la supuesta llegada de Barry Bennet, asesor republicano, a quien atribuye la misión de “ordenar la campaña y el gobierno”.
El gobernador advierte que “el respaldo extranjero no reemplaza el respaldo del pueblo argentino”, recordando al Presidente que la mayoría social, sumando votos opositores y abstención, “no lo está aplaudiendo precisamente”. Este mensaje busca reposicionar al peronismo como una fuerza de oposición con proyección nacional.

Por otro lado, se expresó respecto a la exclusión de gobernadores del diálogo político, señalando que no es “buena señal dejar afuera a quienes considera enemigos”. En ese marco, Kicillof subrayó que las provincias no convocadas representan “más del 40% de la población argentina”, y exige "articular políticas públicas" sin estar dispuesto a ceder “en la defensa de los intereses bonaerenses”.
En otro apartado, el mandatario acusó al Ejecutivo nacional de sostener su “superávit” sobre la base de la quita de fondos a las provincias, enumerando recortes en seguridad, educación, jubilaciones y obras públicas. En ese marco, remarcó que Buenos Aires “aporta el 40% de la recaudación nacional y recibe apenas el 7%”. “Eso no es austeridad, es injusticia estructural”, sumó.
Finalmente, Kicillof negó su apoyo a reformas que “quiten derechos o destruyan la producción nacional”, y volvió a insistir con su llamado a discutir una agenda de desarrollo federal y con justicia social. “Los argentinos la están pasando mal. Escuche, corrija y dialogue. No con los mercados ni con los poderosos de afuera, sino con su propio pueblo”, concluyó.