La provincia de Buenos Aires está al borde de un colapso operativo dado que los proveedores del Estado ya no pueden aguantar más los atrasos y esta "bola de nieve" de deudas está empezando a golpear donde más duele: la salud, la comida y el trabajo de miles de familias.
En este sentido, las salas sanitarias de los barrios ya no solo faltan turnos, faltan remedios y el programa provincial no da abasto para cubrir el vacío que dejaron los recortes nacionales en planes oncológicos y en el Plan Remediar. Así, los pacientes más vulnerables llegan a las farmacias de los hospitales y se van con las manos vacías.

A su vez, la construcción también está complicada. Se estima que 50.000 trabajadores de la construcción quedaron en la calle en lo que va del año. Entre las obras que cortó Nación y las que la Provincia dejó de pagar por falta de fondos, hay miles de viviendas sociales que hoy son solo esqueletos de hormigón abandonados.
Por otro lado, aunque la comida sigue llegando a los comedores de los barrios, los proveedores lanzaron una advertencia final: la deuda es insostenible. De esta manera, si la Provincia no regulariza los pagos, el suministro de alimentos podría cortarse en cualquier momento, justo cuando la demanda social está en su punto más alto.
En este sentido, mientras el Gobierno Nacional retiene la billetera y la gestión de Axel Kicillof es cuestionada por su nivel de gasto, la gestión diaria se vuelve imposible entre las internas políticas y la falta de fondos.