La interna del peronismo bonaerense cruzó una línea de no retorno y lo que comenzó como un reclamo social en Quilmes y Lanús es leído desde La Cámpora como una maniobra política dirigida.
En ese sentido, diferentes fuentes de la agrupación aseguraron a los medios que existe un "acuerdo de sombras" entre Juan Grabois y el entorno de Axel Kicillof para debilitar los territorios gobernados por el camporismo.

En las filas de Máximo Kirchner no creen en las casualidades, y señalan que los ataques se concentraron en menos de 24 horas sobre Mayra Mendoza (Quilmes) y Julián Álvarez (Lanús), ambos referentes de la organización.
Acorde a lo que dejaron trascender los medios bonaerenses, una fuente la organización comentó que mientras "Grabois habla de represión en Quilmes”, “apunta a la intendenta y no al Gobernador, que es quien maneja la Bonaerense”. “Es muy obvio", aseguró.
Hay que destacar que en el piquete de Lanús fue identificado Silvio Denis Guzmán, un puntero que responde a Agustín Balladares, dirigente kicillofista que ayer mismo estuvo en el palco de Ensenada junto al Gobernador.

De esta manera, para La Cámpora, la prueba del pacto es económica. Sospechan que el financiamiento de las cajas de Grabois viene directamente de La Plata dado que el Gobernador le otorgó al líder de la UTEP el programa "Utopías Bonaerenses", una iniciativa para crear centros comunitarios que cuenta con una inyección millonaria de recursos. "Con la plata de la Provincia, nos vienen a prender fuego los municipios", aseguran los dirigentes encolumnados detrás de Máximo Kirchner.
El conflicto escaló tanto que, por primera vez, se escuchan críticas silenciosas dentro de La Cámpora hacia la propia Cristina Kirchner. En ese marco, le cuestionan haberle cedido lugares clave en las listas a Grabois (como la banca de Fernanda Miño), permitiéndole construir una estructura que hoy utiliza para desafiar a los intendentes propios.
En ese sentido, Grabois ya postula a Kicillof para presidente en 2027, y el Movimiento Evita también se mete en la pelea: "Los chicos de La Cámpora se quieren llevar todo puesto, no estamos en 2013", dicen, confirmando que el plan de "despegue" de la conducción de Máximo es un hecho.