El Senado de la Nación Argentina se sacudió con la llegada de Patricia Bullrich al palacio. Según trascendió, la ministra llegó con una misión poco diplomática: entregar una nota firmada por Manuel Adorni (pero con el sello de Karina Milei) donde se le avisa a la Vicepresidenta que solo habrá "luz verde" para el presupuesto del Senado si acepta recortar hasta lo indecible.
Acorde a lo trascendido, “El Jefe” pide que Villarruel les meta la mano en el bolsillo a los senadores: menos asesores, recorte en bienes muebles y ajuste en las obras sociales. "Patricia llegó con ganas de ajustar", comentó un senador que no podía creer que la Ministra de Seguridad ahora oficie de "contadora" de la Rosada.

En este sentido, el contraste es lo que más irrita en el Senado: mientras a la vicepresidenta le cuentan hasta las resmas de papel, a Martín Menem en Diputados le habilitaron una billetera generosa. José Mayans intentó mediar llamando al riojano, pero la respuesta fue una "calesita" de llamados que terminó en el mismo lugar: "Para el Senado, no hay plata".
Como si fuera poco, apareció un "vuelto" inesperado: la agencia Optar saltó con una deuda de 3.000 pasajes de avión que el Senado no paga hace seis meses. En Economía dicen que no es falta de fondos, sino que es parte del "castigo" por la autonomía que intenta mostrar Villarruel.
En medio de todo esto, los senadores aliados y radicales ya avisaron que “si no hay recursos para la Cámara”, se van a tener que olvidar que de que se apruebe “el recorte en Educación".