Se transformó en uno de los principales temas en el terreno de la política bonaerense. La reforma jubilatoria del Banco Provincia (Bapro) está lista para llegar al recinto de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. El escenario no es fácil, la correlación de fuerzas es muy pareja entre el Frente de Todos y sus aliados, y Juntos y sus aliados coyunturales. La clave, por ahora, está en los dos monobloques de la Izquierda.
El trayecto no fue fácil, comenzó con el envío de Axel Kicillof de un proyecto para derogar la Ley 15.008 que reformó el sistema jubilatorio de los empleados del Banco Provincia, una iniciativa que fue impulsada por María Eugenia Vidal en 2017 y fue aprobada por la Legislatura bonaerense, en medio de protestas por parte de La Bancaria y divisiones en el peronismo, que en ese tiempo era oposición.
Los resultados de las PASO 2021 hicieron que el proyecto quede congelado en la Comisión de Previsión Social en Diputados. Este año, se intentó conformar una mesa de negociación entre el Frente de Todos y Juntos, para generar un “proyecto alternativo” que pueda ser votado sobre tablas en ambas Cámaras.
Pero pasaron cosas. En el áspero terreno bonaerense irrumpió Mauricio Macri y ordenó a legisladores del PRO no apoyar la reforma jubilatoria del Bapro. El endurecimiento de posturas provocó otro sismo en el partido amarrillo. El intendente de Lanús, Néstor Grindetti, enojado por acción, renunció a su rol de interlocutor con el gobierno de Axel Kicillof.
Con el escenario de acuerdo caído, al Frente de Todos no le quedó otra que girar el proyecto por Comisiones.
En la Comisión de Previsión y Seguridad Social se dio el primer despacho, no sin dejar un dato no menor que despertó las alertas en el Pro. Las diputadas de la UCR, Melisa Greco y Vanesa Zuccari, votaron en abstención, distinto a su colega del Pro, Johanna Panebianco, que votó negativo. Según informacion trascendida, las legisladoras radicales emitieron ese voto porque la del PRO llevó a la Comisión un proyecto alternativo para emitir dictamen en minoría, pero que no había sido informado ni leído por Greco y Zuccari.
Pero la UCR y el PRO unieron criterios en las siguientes Comisiones (Asuntos Constituciones; Legislación General y Presupuesto e Impuestos).
Otro dato, en la Comisión de Asuntos Constitucionales que preside Susana González del Frente de Todos de dio un cambio importante al texto: se corrigió que el 82 por ciento móvil sea del promedio de los sueldos de los últimos diez años y no de los últimos cinco. Esta situación y otros cambios, hicieron que la UCR y el PRO voten de forma negativa y que adujeran que el proyecto “quiere derogar” la Ley de Vidal. “No vamos a votar una derogación”, afirmaron.
Después de su tratamiento en las cuatro comisiones, el texto está listo para ser debatido en el recinto, por ahora con una fecha probable: el jueves 7 de julio.
El equilibrio que rige en la Legislatura hace que los pronósticos sean varios para saber qué va a pasar con la votación. Repasemos: el Frente de Todos tiene 42 bancas, Juntos 41, Avanza Libertad 3, Espacio Abierto Juntos 2, Unidad para la Victoria 1, 17 de Noviembre 1, Izquierda Socialista 1 y el Frente de Izquierda 1.
Desde el Frente de Todos dejaron trascender que sus fichas están jugadas sobre una “colaboración” de la UCR a la hora de “permitir” la aprobación del texto. “Se acordó lo del Bapro cuando se negociaron los cargos y están las sillas de la Corte también”, resumen en el espacio oficialista.
Ese plan contempla, si es que el radicalismo accede, uno o dos faltazos de legisladores/ras de la UCR en día de la votación, que permitan la aprobación con los votos del Frente de Todos y sus aliados. Cabe recordar que el proyecto puede ser aprobado por mayoría simple de los presentes en el recinto. Fuentes de la UCR repiten que “no van a aprobar ninguna derogación de la ley” y en el PRO confían en que “no suceda algo raro”. “Salimos con el mismo dictamen de minoría en las Comisiones”, destaca un referente amarrillo.
Sobre esto, se supo que distintos representantes de La Bancaria se vienen reuniendo, uno por uno, con diputados y senadores de la UCR, para convencerlos de votar en favor de la reforma.
Como Plan B, en el Frente de Todos también apuestan a lograr un escenario de empate en el recinto, para que el “voto doble” del presidente de Diputados, Federico Otermín desempate la cuestión a favor de la reforma. Hasta el cierre de esta nota el escenario muestra que el Frente de Todos más sus aliados, Débora Indarte (Unidad para la Victoria) y Fabio Britos (17 de noviembre), junta 44 votos. Mientras que Juntos, más los possistas Walter Carusso y Sergio Domínguez Yelpo de Espacio Abierto Juntos y los tres de Avanza Libertad (Guillermo Castello, Nahuel Sotelo y Constanza Moraguez), llegan a 46 votos.
En esa cuenta, se torna clave los dos votos de los monobloques de la Izquierda para llegar al empate. Sin embargo, -por ahora- el plan de Guillermo Kane y de Graciela Calderón es “no acompañar” el proyecto del oficialismo, porque “no va a fondo con la derogación” de la Ley Vidal.
De hecho, Kane y Calderón tienen pensado presentar un proyecto propio, que apunta a volver a antes de diciembre de 2017, que Vidal logró la reforma jubilatoria del Bapro.
El panorama es complejo, como todo tratamiento de una ley vital en la escena política bonaerense. Los negociadores del Frente de Todos en Diputados aceitan los caminos posibles. Las opciones por ahora no son muchas, aunque siempre hay margen para situaciones de último momento.
Un dato no menor. Más allá del tratamiento en las Comisiones, el texto puede tener modificaciones, hasta un minuto antes de llegar al recinto, que quizá le permitan a Kicillof tener la reforma que le prometió en persona al titular de La Bancaria, Sergio Palazzo.
Por: Juan Alfaro (ALFA)
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