Tensión entre Alberto y Cristina: la ruptura de la CGT y la “Suma fija” perturban la relación

La Central General de los Trabajadores (CGT), vive momentos de tensión por la amenaza de Pablo Moyano de abandonar la central obrera, luego de no ser invitado a participar de la reunión que se llevó a cabo entre los sindicatos y el presidente Alberto Fernández.

Sin embargo, el telón de fondo de la posible ruptura, que despierta una nueva era de tensión entre Fernández y Cristina Kirchner, es la disputa por la suma fija para los trabajadores.

Según trascendió, en la reunión del lunes en Olivos, Alberto habló con los sindicalistas del tema y respaldó su postura de rechazar una suma fija y apoyó la idea de que la recomposición salarial se defina en las paritarias, como sostienen los "Gordos" e "Independientes" de la CGT liderados por Héctor Daer.

En ese marco, llama mucho la atención, la posición de Alberto, pues según lo que ha trascendido en diferentes medios, la suma fija es empujada por el kirchnerismo y el massismo. También la reclama Pablo Moyano.

Cabe mencionar que la suma fija fue reclamada públicamente por Máximo Kirchner y otros dirigentes cercanos como Andrés Larroque, y en privado también la empuja Cristina. Sergio Massa incluso habló con sindicalistas.

En algunos sectores del oficialismo, según trascendió creen que la suma fija podría ayudar a recuperar más rápidamente poder adquisitivo frente a la inflación, pero al mismo tiempo no generaría tanta presión sobre los precios como un aumento generalizado en paritarias, que además suelen ser muy disímiles dependiendo el sector.

Al mismo tiempo, no pueden creer el constante esfuerzo de Alberto por oponerse a temas impulsados desde dentro del Frente de Todos, especialmente luego de que mandara a detonar la estrategia impulsada por los gobernadores para suspender las PASO.

Esto es resumido, desde el entorno cercano de Cristina y Massa como un punto crítico de la tensión con Alberto. Las fuentes  consultadas por LPO, consideran que el presidente va a en contra de sus propios intereses, para complacer a sus socios de la CGT que le prometieron que cerrará el acto del 17 de octubre.