El presidente de la Nación, Alberto Fernández, tuvo un inicio de año más que movido. Instalado en la costa bonaerense, como la mayoría de los políticos argentinos, brindó el primer acto del año en Mar del Plata y luego mantuvo un almuerzo con intendentes de la Provincia de Buenos Aires en Chapadmalal para juntar adhesiones en su lucha por el juicio político a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Tras el almuerzo, decidió tomarse unos días de descanso en la residencia presidencial junto a su familia y el lunes retomó su actividad en Miramar para inaugurar una cancha de hockey de césped cintético en el Miramar Rugby Club del municipio costero.
El anuncio estuvo enmarcado en el programa Clubes a la Obra, donde el gobierno nacional destinará 48 millones de pesos. Tras visitar las instalaciones, el Presidente mantuvo una reunión con el intendente de Miramar, Sebastián Ianantuony, empresarios y funcionarios del involucrados al turismo para analizar el avance de la temporada, que se estima que movilizará más de un billón de pesos.
Durante el recorrido del presidente hacia la reunión, un grupo de manifestantes que se encontraba en la zona le gritó "ladrón", en medio de abucheos, silbidos e insultos que recibió cuando pasaba a bordo de una camioneta.
Ayer el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, vivió una situación similar en Mar del Plata, cuando un grupo de turistas lo increpó por llevarse “la plata de la Coparticipación de la Provincia de Buenos Aires a la Ciudad”.
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