Después de la derrota de Unión por la Patria a nivel nacional, la ex vicepresidenta y líder del partido, Cristina Fernández de Kirchner, mantiene su perfil cauto y observador con respecto a las medidas del presidente Javier Milei. Ahora, mira con binoculares desde Santa Cruz, Río Gallegos.
Tras pasar las fiestas en familia y vivir los primeros días de mandato libertario, Cristina decidió no apurarse y confiar en la respuesta de los ciudadanos: que cada uno vea “quién es el responsable del ajuste”, según trascendió en los medios.
En coincidencia con los dichos del derrotado para candidato a presidente, Sergio Massa, quien aseguró que el paro nacional de la CGT era “apresurado”, Cristina prefiere dejar pasar las semanas para que madure la gestión y la opinión pública.
“Está con la idea de que hay que esperar, el Gobierno recién asume. La respuesta tiene que madurar en la propia sociedad”, expresó a Letra P un dirigente que mantuvo diálogo con la lideresa después del anuncio del decretazo.
Asimismo, su hijo y referente de La Cámpora, Máximo Kirchner, fue claro: “No voy a movilizar a La Cámpora ahora porque es hacerle el juego a Milei”, según informó La Política Online.
Por lo tanto, Máximo decidió contener al sector más kirchnerista y evitar “salir a cuestionar el primer mes” del partido que les ganó en las elecciones, ya que sería “contraproducente”, afirmaron.
Mientras tanto, los debates y mea culpa no faltan en los pasillos políticos, en donde aún no llegó la información sobre una posible vuelta de Cristina a Buenos Aires.
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