Tras grandes resquemores entre la gestión nacional y el gobierno de la provincia de Buenos Aires encabezado por Axel Kicillof, la ministra a cargo de la cartera de Seguridad, Patricia Bullrich, puso en marcha una mesa de trabajo junto a su par bonaerense, Javier Alonso.
En ese sentido, sonó el teléfono dentro de los pasillos de la provincia para rediseñar el Comando Unificado del Conurbano (CUC), el cual busca prevenir el delito y que hoy resulta una de las mayores preocupaciones dentro del territorio.
Por lo tanto, esta decisión incluye la reubicación de 3.000 efectivos de la Gendarmería, Prefectura Naval, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeroportuaria; de tal modo que no estén en lugares permanentes para patrullar y vigilar, sino que estén a disposición de pedidos de rescate en las zonas más picantes.
“Habían sacado efectivos de las fronteras y diezmado unidades con trabajos específicos para tenerlos parados en una esquina de un centro comercial o hacerlos caminar por otras zonas de influencia. Funcionó muy bien para la foto, pero no para bajar los índices de delito”, explicaron fuentes del ministerio a Letra P.
Asimismo, la ex candidata a presidenta apunta a estos equipos para influir en las fronteras, “combatir el narcotráfico” y otros “delitos complejos”.
Por el momento, la mesa de trabajo se continúa gestando entre la ministra, Alonso y más referentes del equipo bonaerense para definir la manera de poner en marcha este nuevo modo de trabajo; con la fragmentación propia de ambos espacios opositores.
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