Esta semana en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires se intentó negociar los proyectos de Presupuesto, Impositiva y Endeudamiento de Axel Kicillof. En ese sentido, el gobernador decidió no dar lugar a los cambios propuestos por la oposición. Acorde a lo trascendido en los medios bonaerenses, varios sectores del oficialismo venían trazando acuerdos con diversos protagonistas de la oposición para poder tratar y aprobar las iniciativas del Gobernador a espaldas de él y del ministro de Economía, Pablo López.
En ese marco, desde el oficialismo dejaron trascender que lo que pasó fue una “consecuencia de muchas cosas, especialmente de la interna de Unión por la Patria y de la falta de muñeca política” del Gobernador. A su vez, aseguraron que “los acuerdos hay que trabajarlos y para eso Axel debió poner el cuerpo, y no enviar a delegados sin ningún tipo de experiencia, conocimiento o fiabilidad”.
Ese palito fue en referencia a Agustina Vila, Secretaria General de la Gobernación y enviada por el Ejecutivo para intentar convencer y negociar con la oposición y los sectores internos propios el apoyo a la ley de leyes y el resto del paquete. Intentos que no tuvieron frutos, claro está.
En ese sentido, esta semana, en el marco de una sesión extraordinaria, los camporistas, los massistas y referenciados en Martín Insaurralde llegaron frente a Juan Pablo De Jesús, presidente de la comisión de Presupuesto y le presentaron un texto con decenas de agregados y tachaduras que habían finalizado junto con la oposición (radicales, libertarios y el PRO). En ese marco, el exintendente de La Costa fue el encargado de cruzar plaza San Martín para llevar a Kicillof las demandas opositoras, pero volvió sin nada.
Un legislador opositor aseguró que todos hicieron “aportes” e introdujeron algunos puntos que pretendían a cambio de apoyar los proyectos. “Cualquiera que pasaba metía un artículo”, ironizó el opositor. De esta manera, el radicalismo abadista, conducido por Diego Garciarena, y el PRO macrista, ahora liderado por el ritondista Matías Ranzini, consiguieron eliminar el artículo 163 de la Fiscal Impositiva, que otorgaba discrecionalidades a ARBA para aumentar impuestos por encima del tope de 28%, también logrado por los ex Juntos.
Por otro lado, también patearon el tablero cuando los peronistas aceptaron incluir en el Presupuesto la autarquía del IOMA, un viejo reclamo de los boina blanca, lo que implica que los fondos de la obra social no ingresan a la cuenta de la Tesorería General sino que van directamente al organismo que conduce el camporista Homero Giles.
Acorde a lo dicho por un legislador de la UCR, “eso existió siempre y lo sacó el gobierno de (María Eugenia) Vidal”. A su vez, destacaron que “por un lado es peligroso porque si tenés problemas te la tenés que bancar solo, aunque por el otro lado es darle a La Cámpora otra caja sin control, una de las más importantes del país”.
En ese marco, también entran los intendentes de Unión por la Patria presionando para que se incluya la reelección indefinida en el Presupuesto, sin embargo, la oposición ya le arrancó algunas pequeñas victorias al oficialismo. Entre ellas la equiparación de los valores de las mismas entre el Inmobiliario Rural (se quita la suba del 5%) con el Inmobiliario Urbano.
Por otro lado, el camporismo tenía un reclamo propio: se introducía en la “ley de leyes” que el 5% de aumento en Ingresos Brutos para las actividades porturarias se coparticipara entre municipios que tienen puerto o cercanía con ellos, un claro beneficio para Mayra Mendoza (Quilmes) y Julián Álvarez, de Lanús. Por otra parte, desaparecían los fondos para municipios del proyecto original, que en el cálculo de este año se denominó Fondo de Fortalecimiento Fiscal Municipal, que repartió más de 120.000 millones de pesos entre los 135 distritos.
En ese sentido, el texto modificado contempla un aumento del 1% en concepto de coparticipación para los municipios (los intendentes oficialistas hablaban de unos 500.000 millones), y además se crea un fondo afectado de Seguridad por $200.000 millones para los intendentes. Segun comentó un legislador kicillofista, todo esto se trató, nada mas y nada menos, que de un "golpe de estado".
Con todo esto sobre la mesa, Kicillof puso el freno a través de la titular del Senado, Verónica Magario, quien dejó pasar el tiempo para dar inicio a la Sesión, por lo que de nada serviría que los diputados aprueben las leyes retocadas. Ahora, con la convocatoria para que ambos cuerpos sesionen en espejo es el próximo viernes 27, la atención está puesta en saber cómo y quiénes conducirán la rosca para llegar a un acuerdo político.
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