El PRO bonaerense se prepara para octubre y le mete presión a los libertarios

Luego de la derrota que sufrió en las elecciones de la Provincia de Buenos Aires, el PRO entró en una etapa de reorganización pensando en los comicios nacionales del 26 de octubre. En ese marco, el presidente del partido, Cristian Ritondo como el diputado nacional, Diego Santilli, llevaron ciertos reclamos a sus nuevos aliados, los libertarios.

Hay que destacar que, a pesar de los números que lanzaron las legislativas bonaerenses, los amarillos son bastante positivos y prevén un buen análisis. Según dejaron trascender algunos dirigentes cercanos a Ritondo, aseguran “el 30% de las bancas, con 7 legisladores provinciales y cerca de 100 concejales. Solos no pasábamos del 8%”.

Sin embargo, y más allá de esta evaluación, la Mesa Bonaerense formada por el Gobierno que se llevó a cabo en Casa Rosada fue la excusa perfecta para que el PRO se pusiera firme y haga exigencias para la elección de octubre. Ya con las listas cerradas, el principal reclamo tuvo que ver con la fiscalización. Según se pudo saber, desde el PRO expresaron: “Vamos a salir a bancar, que vamos a mejorar todo lo que haya que mejorar para fiscalizar y vamos a hacer todo lo que se necesite”.

Por otro lado, uno de las prioridades del PRO ahora es tratar de sumar a los dirigentes díscolos a la estructura, como los intendentes Pablo Petrecca (Junín), María José Gentile (9 de Julio), Diego Reyes (Puan) y Javier Martínez (Pergamino). Según trascendió, en la Mesa hablaron de hacer esfuerzos para integrarlos, pero hay que destacar que los propios intendentes reconocen que nadie los llamó.

“No funciona si estamos todo el tiempo alejando a quienes se pueden sumar, en lugar de ver como incorporarlos”, aseguraron desde la dirigencia amarilla. En ese marco, todo parece indicar que Mauricio Macri prepara su reaparición con los candidatos del PRO de todo el país y se espera que dé un mensaje en favor de la alianza.

Así, ahora el PRO bonaerense prepara sus propios movimientos para no caer por el peso de una nueva derrota en las próximas elecciones y que eso termine de fragmentar, aún más, el espacio.