Mientras el peronismo trabaja en ser la oposición del gobierno nacional, se teje una de las disputas más calientes al interior del partido, entre el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner.
En ese sentido, desde la campaña electoral por la reelección de Kicillof en el territorio bonaerense, un cúmulo de dirigentes le dio forma a su figura como patrón clave para la reconfiguración del peronismo que tanto piden. Asimismo, cuando levantó el bastón de su segundo mandato, comenzó a resonar la idea de una posible candidatura presidencial en 2027.
Por otro lado, Máximo mantiene municipios en su poder, el respaldo de una parte dentro del Partido Justicialista bonaerense y la participación de figuras tales como Eduardo “Wado” de Pedro, el diputado Leopoldo Moreau, Martín Sabbatella y más.
Por su parte, Kicillof cuenta con la garantía de Andrés “Cuervo” Larroque -innegable enemigo de Máximo-, así como también tiene a su lado la Mesa de Ensenada, comandada por Mario Secco, Jorge Ferraresi y Fernando Espinoza.
Con este panorama, fuentes que transitan los pasillos políticos aseguraron a La Tecla que “Axel tiene un rol fundamental” pero que debe abrir fronteras con otros sectores para trabajar en la “globalidad” de la provincia. “La discusión es por una forma de conducción que termina encerrándose en un espacio de decisión y deja afuera no solo a Máximo. Axel tiene que abrir el juego”, expresaron.
Mientras tanto, las campanas en pos de una nueva conducción no dejan de sonar al interior del partido y configuran la interrogante más picante sobre el futuro político.
Buscan acuerdos
Suenan los teléfonos
Afilan tensiones
Toma refuerzos
Futura autoridad
Fichas que faltan
Preparan puestos