Este jueves, con un acto en el barrio porteño de La Boca y junto a gobernadores, intendentes y legisladores, Mauricio Macri regresó a la escena política y relanzó la marca del PRO, aquel partido que creó hace dos décadas como motor del cambio y que lo llevó a la presidencia en el año 2015. Todo esto, en medio de la crisis existencial que enfrenta el partido ante la irrupción de Javier Milei y su pérdida de competitividad en las últimas elecciones.
Macri volvió decidido a recuperar protagonismo y defender su legado como el precursor de algunas de las ideas que hoy pregona La Libertad Avanza. En ese sentido, se opone completamente a la postura de Patricia Bullrich, quien empuja una fusión entre el PRO y LLA como una suerte de modelo superador a Juntos por el Cambio.
En ese sentido, el ex presidente propuso repensar el vínculo amarillo con los libertarios y refundar al PRO. Todo esto tras asegurarse el control partidario y despojar a la ministra de seguridad del manejo del PRO bonaerense. De esta manera, Macri empieza a marcar la cancha para el 2025 y deberá hacer equilibrio entre la identidad propia y una posible convergencia electoral sin ser absorbida por el torbellino libertario.
Cabe destacar, que en uno de los paneles previos al discurso de Macri, el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro defendió el legado de Mauricio Macri: "Hoy es fácil hablar de cosas como achicar el estado, ser eficiente, que el privado sea el que tiene que hacer las cosas y hay que sacarle el pie de la cabeza. Macri habla de eso hace 20 años".
A su vez, Clara Muzzio, Vicejefa de Gobierno porteño fue la encargada de abrir la jornada y aseguró: "El cambio es en el PRO y no está en ningún otro lado, volvamos a encontrarnos, a sentir que es posible".
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