A menos de dos meses para que arranque el año electoral, la tensión entre los intendentes del peronismo, La Cámpora y el gobernador Axel Kicillof prende fuego, en la escena política de la provincia de Buenos Aires.
En ese sentido, son dos cuestiones centrales las que agitan el ambiente: cómo encarar el proceso electoral del año que viene con la casi segura candidatura de Kicillof para la reelección y cómo se reparten los excedentes que llegan a las arcas bonaerense desde el gobierno nacional. Pero ambas van de la mano, porque los alcaldes presionan por los recursos haciendo hincapié en lo que consideran una falta de acción política por parte del Gobernador.
Así mismo, los jefes comunales manifiestan su inconformidad con Kicillof por volver a delegar el armado de su campaña por la reelección en su círculo más cercano, con Carlos Bianco a la cabeza. Por eso, algunos alcaldesdicen que “en la elección pasada para las PASO no nos convocaron, pero después de la derrota nos llamaron y nos hicimos cargo prácticamente de la campaña”.
Los alcaldes se atribuyen la remontada y quieren estar otra vez al mando de la estrategia proselitista y proponen a Martín Insaurralde como jefe de campaña. Es decir, que Kicillof sea el candidato de ellos y no que ellos sean los partenaires del Gobernador. Esa demanda es prácticamente la misma que se escucha desde La Cámpora.
A todo esto se le suma que por estas horas se habla mucho de la inminente salida de los intendentes que ocupan cargos en el gabinete provincial, “para volver a pelear por sus distritos”, con Insaurralde y Leonardo Nardini a la cabeza.
Sin embargo, desde el entorno de ambos ministros niegan con énfasis que vayan a dejar el cargo en diciembre. “Son operaciones”, dicen, cuando se quiere dar por concluido cualquier rumor.
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